Una familia de Tasmania aprende sobre la importancia del plan de salvación al hacer enormes sacrificios para viajar al templo.
Hoy, la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tiene 146 templos en funcionamiento alrededor del mundo y cerca de 30 más que se han anunciado o que están en construcción. Debido a la gran cantidad de templos disponibles, muchos más miembros de la iglesia tienen el privilegio de asistir al templo que en el pasado. No todos los miembros de la iglesia tienen que sacrificar de forma espectacular para asistir a un templo. Sin embargo, todos recibimos grandes bendiciones cuando hacemos cualquier sacrificio para ir a la casa del Señor.
La historia de los sacrificios de la familia Bender, descrita en el artículo “Lo mínimo que podía hacer,” nos muestra que el sacrificar para ir al templo trae muchas bendiciones, incluyendo un mayor conocimiento de las verdades eternas de Dios.
En 1955, el anuncio de un templo en Nueva Zelanda llenó a la familia Bender con alegría y entusiasmo. Como nativos de Tasmania, una isla pequeña de Australia que queda al sur de la isla principal, la familia Bender estaba muy involucrada en la obra de la historia familiar. Para ellos, una prioridad importante era algún día poder asistir al templo para ser sellados como familia y también poder participar en las obras del templo por sus antepasados. En ese entonces, nunca habían visitado un templo porque el templo más cercano quedaba al otro lado del mundo.
Cuando recibieron la noticia de que un templo sería construido a sólo 1.500 millas de distancia en Nueva Zelanda, un país insular al este de Australia, la familia decidió ahorrar dinero para viajar en avión a Nueva Zelanda para asistir a la dedicación. Cada miembro de la familia, los padres y los cuatro hijos, trabajó más de lo normal y sacrificó todo lo posible para ganar el dinero que sería necesario para asistir al templo. El sacrificio más grande que hicieron fue dejar su huerto de manzanas en el mismo mes de la temporada de cosecha, el cual era su principal fuente de ingresos, debido a la fecha de la dedicación del templo. Pusieron su fe en el Señor que sus manzanas sobrevivirían hasta que regresaran de Nueva Zelanda.
Cuando llegó el momento de dedicar el templo, la familia Bender pudo asistir a la dedicación y por fin sellarse como familia. Gracias a sus sacrificios y sus experiencias en el templo, aprendieron verdades acerca del plan de salvación las cuales les fortaleció —especialmente cuando su padre falleció tres años después a la edad temprana de 43.
¿Qué sacrificios hace usted para asistir al templo? ¿Encuentra tiempo en su horario ocupado? ¿Tiene que tomar un viaje caro?
Cualquier sacrificio que sea necesario, el asistir al templo le brindará muchas bendiciones, incluyendo un mayor conocimiento, tal como lo fue para la familia Bender.
Lea más en cuanto a la experiencia de la familia Bender con el templo.
Fuente: Historia de la Iglesia
—Shelisa Baldwin, Mormon Insights
Encuentre más reflexiones
Vea fotos del templo de Hamilton, Nueva Zelanda.
Traducido por Joey Navarro, Mormon Insights