Cuando su amigo o pariente se desvía del Evangelio, el amor es lo que lo ayudará más.
¿Alguien cercano a usted se ha vuelto menos activo o ha decidido dejar la Iglesia? Es difícil ver a alguien a quien ama alejarse de algo que usted sabe que es verdad. ¿Cómo puede usted, como amigo o pariente de esa persona, ayudarla, animarla y recordarle las verdades del Evangelio?
En la Conferencia general de abril de 2015, el élder Brent H. Nielson explica en su discurso “A la espera del [hijo] pródigo” la mejor manera de ayudar a aquellos que están perdidos.
El élder Nielson luchó para ayudar a su propia hermana Susan, quien dejó la Iglesia. Él explica que los “esfuerzos constantes [de él y sus hermanos] por rescatarla e invitarla a volver sólo la alejaban más y más.” Es fácil sentirse así cuando uno lucha por invitar a sus seres queridos a volver al evangelio pero no se ven resultados positivos. Después de muchos años, Susan sí volvió al evangelio, pero no lo hizo porque la familia la bombardeó con invitaciones para ir a la iglesia; más bien, fue simplemente porque amaban a Susan. La invitaban a actividades de la familia y la apoyaban en sus logros personales. Incluían a los hijos de Susan en las actividades familiares y demostraban que podían depender de ella. Le hacían saber que la amaban. Sus esfuerzos fueron actos simples —y aun, porque siempre amaban a Susan, con el tiempo ella volvió a la Iglesia.
El ejemplo del élder Nielson de paciencia y amor, es la solución perfecta a la cuestión de cómo podemos ayudar a nuestros seres queridos a volver al Evangelio.
Vea o lea el discurso del élder Nielson, “A la espera del [hijo] pródigo”.
Fuente: lds.org
—Shelisa Baldwin, Mormon Insights
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Traducido por Cristina Reyes, Mormon Insights